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Revista Los Nogales No. 7

Alejandría

Esta corporación nació de una iniciativa de José Antonio Lloreda, en ese momento presidente del Consejo Directivo del CLN, quien me propuso que en un edificio desocupado, abandonado, al lado de una escuela, en la vereda San Gabriel, Sopó (en donde éramos vecinos), armáramos una biblioteca con el mismo modelo con el que en ese momento, año 2001, se estaban consolidando en Bogotá los colegios en concesión. Es decir, un modelo de biblioteca en concesión.

Para este fin, se fundó la Corporación Alejandría, organización sin ánimo de lucro, con la participación del CLN y empresarios de la zona, entre otros. Esta alianza logró un convenio en el que la Alcaldía de Sopó aportaba el edificio, su reparación y mantenimiento y una cuota anual para los gastos operativos (sueldos, servicios, programas especiales...) mientras la Corporación Alejandría aportaría libros y computadores además de la administración del proyecto.

Durante los doce años en que funcionó la biblioteca de San Gabriel y los dos de la biblioteca de Hato Grande, también parte de este proyecto, los beneficios fueron muchos tanto para los usuarios de las bibliotecas, como para el Colegio: campañas de donación para dotar las bibliotecas, con el apoyo de la Asociación de Padres; el programa Libro de Cumpleaños, que sigue funcionando, en el que los niños donan libros para la biblioteca de Los Nogales o para Alejandría; participación de estudiantes que hicieron su servicio social allá; voluntariado constante y generoso de bibliotecarias y profesores. Fue una oportunidad para que muchos nogalistas aportaran su granito de arena al desarrollo del sector rural.

Para los usuarios de las bibliotecas el beneficio fue enorme: no solo el acceso a libros e internet gratuito, sino programas culturales y de promoción de lectura, cine foros, apoyo a educación a distancia, talleres de tecnología, inglés…

En el año 2015, tres meses antes de su cierre definitivo, la Biblioteca San Gabriel fue seleccionada por la Biblioteca Nacional de Colombia como una de las veintidós mejores bibliotecas del país. Sin embargo, y a pesar del éxito del proyecto y el beneficio para tantas personas, el modelo tuvo un punto vulnerable, que terminó con el proyecto como estaba concebido: dependía de la voluntad política y personal del alcalde de turno.

En este momento, la Corporación Alejandría está buscando opciones y proyectos para redefinirse y reinventarse y, así, poder ofrecer la experiencia y experticia de doce años de trabajo directo con comunidades rurales, supliendo necesidades de acceso a la información, educación, cultura, uso del tiempo libre, etc.

 

Patricia Vélez
Directora de la Biblioteca 1998 - 2003