Educating World-Class Minds, Nueva York
Entre el 7 y el 9 de mayo del 2015 se llevaron a cabo las conferencias Educating Minds: Using Cognitive Science to Create 21st Schools en Nueva York. Este ciclo forma parte de la asociación Learning and the Brain, una iniciativa que quiere acercar los desarrollos de la neurociencia a la práctica diaria en el aula. Asistí como representante del Colegio, con el propósito de buscar ideas para aplicar con nuestros estudiantes, pensando en las habilidades del siglo XXI.
Dentro del ciclo de conferencias hubo dos niveles. El de los expertos del más alto nivel (entre ellos especialistas como David Perkins, Allison Mackie y Steven Pinker), quienes hicieron acercamientos a los aspectos más técnicos de la neurociencia y a la manera como estos afectan el trabajo diario en los colegios del mundo. Por otro lado, profesores, administradores y funcionarios de gobiernos del mundo compartieron experiencias concretas, desde políticas públicas hasta proyectos adelantados en colegios específicos.
En el centro del debate estuvo la discusión entre aquellos que afirman que la constitución de nuestro cerebro determina casi completamente cómo aprendemos, nos desarrollamos y nos acercamos al conocimiento y aquellos que, sin perder el rigor científico, aseveran que el cerebro es bastante moldeable, lo que permite un gran espacio de acción, explicación que muchas veces desborda lo causal en sentido físico.
Aunque estos espacios muchas veces generan más preguntas que respuestas, como conclusión general podría establecer —al menos como un primer acercamiento— que la gran novedad de la que debemos apropiarnos todos los colegios tiene que ver con la conciencia de la construcción del conocimiento a partir del acceso privilegiado a la información, que no sería posible sin algunos recursos tecnológicos que tenemos a la mano. El cerebro humano tiene la capacidad de generar algo tan sofisticado como el lenguaje, que es lo que exige la sociedad en la que se inscribe. El conocimiento funciona de forma parecida: solo puede darse en asociación con otros cerebros y, más aún, en conjunción con otras personas. Esta es realmente la tecnología del siglo XXI y el espectro que termina explorando la neurociencia.
Manuel Romero
Director de Básica
Profesor de Matemáticas y Filosofía
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